Cuando muere el dueño de una mascota (parte 3/4)



¿Y si yo soy elegido para cuidar de una mascota?


Quizá el día de hacernos cargo de la mascota de nuestro amigo, hermana, padres, etc., nunca llegue, pero si se día llega, debemos tener la confianza suficiente como para decir “no” al dueño, si somos elegidos y no estamos seguros de tomar tal decisión.


En caso de que ya no viva y de que en último minuto, por motivos personales o familiares, no podamos o queramos hacernos cargo del animalito en cuestión, recurriremos al otro candidato para pasarle la estafeta.

Si tampoco puede o quiere (porque quizá en ese momento su vida es muy distinta a cuando aceptó), propongan a una tercera persona, y paralelamente busquen un hogar mediante protectoras y asociaciones. Si optan por esta resolución, tomen en cuenta que hay tal demanda de hogares que el proceso puede durar meses y por mientras el animalito no puede quedar a su suerte, además de que mucha gente se resiste a adoptar a un animal que quizá es adulto.

Deben entonces pensar en quién lo cuidará en lo que se le consigue un hogar bueno y definitivo.
Si han pensado en un albergue con la idea de que es una especie de santuario o casa de reposo, olvídenlo: estos lugares suelen estar saturados, a veces con carencias y limitaciones y el encierro en un lugar estrecho no es una buena opción para un animal que era de casa. En el último de los casos (sobre todo si así lo expresó la persona fallecida), opten por dormirlo y esparcir sus cenizas en la tumba de su amo.




Nunca lo abandones a su suerte o lo entregues a cualquier persona.

Si por el contrario, aceptamos de buen grado a este nuevo miembro en nuestra familia (no importa que ustedes no la tengan: ahora serán una familia de dos), leamos la Guía que el dueño fallecido ha dejado:

- Compra lo que haga falta (croquetas o medicamento si es que está en tratamiento).

- Toma los objetos del animalito (recipientes de agua y comida, juguetes, correa, camita) y acomódalos en su nuevo hogar.

- Si tienes más animalitos, verifica que se lleven bien con ellos (a menos que ya se conozcan y no haya problema): pónles sus correas y con ayuda de alguien, juntalos en un lugar neutro verificando que se identifiquen sin llegar a pelearse.

- Elije un día de descanso para evaluarlos de forma continua por si hay conatos de pleito. En este proceso hay que ser pacientes.

- Si tienes dudas, por favor acude a un etólogo experto para pedirle consejo.

- Importante: si tienes mascotas pequeñas, ponlas lejos del alcance del nuevo animalito (aves, roedores, reptiles) para evitar tragedias. Lo mismo si es al contrario.


- Mantente al pendiente del apetito y estado de ánimo del nuevo miembro de la familia.

- Trata de seguir las rutinas indicadas en la Guía y sobre todo incorpóralo de inmediato al núcleo familiar. Es importante que se sienta querido, pero no descuides a tus propias mascotas que pueden encelarse y agredir al recién llegado.


- Si el animalito seguía un tratamiento y el dueño escribió la Guía antes de que su mascota enfermara, llama al veterinario para estar al tanto de su enfermedad, tratamiento y cuidados.


- No hay que olvidar tampoco que esta nueva mascota generará gastos (comida, medicinas, imprevistos), así que no te apenes y si te ves apurado, pide ayuda económica al resto de la familia al menos mientras se regulariza tu economía. Puedes ahorrar o guardar con antelación una cierta cantidad de dinero destinada a tu nueva mascota.




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.: Sigue parte 4 :.


Extraído del artículo:
"Lo que pasa cuando muere el dueño de una mascota"
de Mayra Cabrera
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