Fernando, nuestro perro... el perro de todos



"...Digo 'nuestro perro' porque lo que amamos
lo consideramos nuestra propiedad
y era de los niños y del viejo Pablo
a quien rescataba de su soledad...
"
Callejero - Alberto Cortez


Fernando fue un perrito vagabundo que vivió en la ciudad de Resistencia, Argentina en la década de los 50's. Se hizo famoso entre los habitantes de la ciudad por frecuentar bares y conciertos a los que concurrían músicos, artistas y políticos de la capital.



El como llegó este perrito a Resistencia no se sabe con exactitud, muchas teorías giran a su alrededor. Se dice que un día apareció un forastero con una guitarra al hombro y un perrito blanco que no se despegaba de su lado. El hombre entró a una humilde pensión y con voz serena preguntó si ahí se podían hospedar él y su perro. El dueño, tras mirarlo de reojo, le respondió: "Si vos no cantás y el perro no ladra, pueden".


Días más tarde, el hombre murió repentinamente en la habitación por causas desconocidas. La Municipalidad dio sepultura al cantor, mientras que el propietario y unos vecinos resolvieron quedarse con el perro pero el can no se sometía a nada ni a nadie y al instante tomó la ciudad como su casa.

Poco a poco el perrito se fue adueñando del cariño de la gente, se dice que entabló amistad con el cantante Fernando Ortiz (aquí otra teoría de su origen), a quién acompañaba a sus ensayos y shows. En los fogones, el perro, al que comenzaron a llamar Fernando en honor al cantante, se destacó por su oído musical. Otra versión atribuye el nombre al patrono departamental: San Fernando, venerado por los primeros inmigrantes friulanos con el aditamento “de la Resistencia”. Se puede decir que Fernando fue de todos y de nadie.

Tuvo un impecable oído musical y no se perdía ningún evento en su ciudad. Asistía a fiestas privadas, obras de teatro y recitales y muchas veces la crítica del espectáculo al día siguiente dependía de las reacciones que había tenido Fernando.
Cuenta una anécdota que cuando el pianista polaco Ignace Paderewsky tocó en la ciudad, Fernando, que escuchaba el concierto en primera fila, gruñó, a lo que el músico detuvo su interpretación y admitió que se equivocó dos veces. Y en las Navidades su presencia en una casa era siempre buena señal.


Murió el 28 de mayo según algunos en 1959, según otros en 1963 y sus restos fueron enterrados en la vereda del Fogón de los arrieros, un museo de la ciudad. Allí puede leerse un epitafio que dice, "A Fernando, un perrito blanco que, errando por las calles de la ciudad, despertó en infinidad de corazones un hermoso sentimiento".

Cuando Fernando murió, toda la ciudad lo lloró desgarrada. Miles de personas cubrieron la calle, las veredas y los balcones hasta más allá de las dos esquinas. Toda la ciudad estaba allí, despidiendo a su perrito.

Después de su muerte, ha recibido muchos homenajes por parte de músicos y artistas, como por ejemplo la canción Callejero, que le dedicó Alberto Cortez.


En Resistencia hay tres esculturas que evocan a Fernando. La que se supone mausoleo oficial está todavía sobre la calle Brown. Otra está como escondida bajo un manto de chibatos en la avenida Avalos, cerca del Club de Regatas. Y la tercera, que es la más grande y pretenciosa, está en una esquina de la Casa de Gobierno y frente a la Plaza.

Existe (o existió) un grupo de rock pesado argentino llamado "El perro Fernando" y finalmente, en uno de los accesos a la ciudad, puede leerse en un cartel un saludo al viajero que reza: "Bienvenido a Resistencia, ciudad de Fernando".


"...Era el callejero de las cosas bellas
y se fue con ellas cuando se marchó;
se bebió de golpe todas las estrellas,

se quedó dormido y ya no despert
ó..."
Callejero - Alberto Cortez




Fuente:
LINDE5-GALERIADELASLETRAS

Taringa
El Perro Fernando
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