En tu memoria, pequeña...




De algún modo lo sabía, era casi evidente. Sin embargo, tenía una pequeña esperanza de que sobreviviera, pero quedó muy lastimada, esa pequeña avesita no sobrevivió. Hice todo lo posible, todo lo que pude, pero no sirvió.
En tu memoria, pequeña, Mundo Feliz quiere dedicarte un post.



En la selva tropical, la vida se desenvuelve de modo cuantioso. Allí, crecen los árboles gigantes, las sinuosas lianas y unas plantas de increíble belleza.

En cuanto a los animales que viven allí, viven un sinfín de grandes animales y de animales microscópicos. Hay unas aves multicolores que no se parecen en nada a las de otras zonas del mundo. No hay ninguna tan bonita como el colibrí. En sus plumas aparecen conjugados todos lo colores del arco iris en los matices más vivos que un artista puede imaginarse.


El colibrí tiene las patas débiles y cortas: la cola adopta formas extrañas y está forrada de varios adornos. El pico es muy largo, puntiagudo y guarda en su interior una lengua en forma de trompa, que usa para absorber el néctar de las flores que proporcionan su alimento.

El colibrí es el único pájaro que puede volar hacia atrás.
Su forma de volar es parecida a la de un insecto y se sostiene en un punto exacto del espacio gracias a la rápida vibración de sus alas. Cuando vuela, es muy difícil distinguirlas, y parece como si su cuerpo estuviera suspendido en el vacío mientras recoge el néctar. Esta rápida vibración, provoca un ruido tipo susurro.


El cuento del colibrí


En el jardin habia flores de todos los colores y tamaños.
Durante los meses de abril y mayo todas las plantas florecian con gran esplendor;

don Antonio era el jardinero y trabajaba arduamente
para mantenerlo en las mejores condiciones.


Un día, don Antonio se enfermó y tuvo que regresar a su pueblo.

Desde entonces, el jardín desmejoró, las plantas no florearon
y las hojas se empezaron caer.


Una mañana me encontraba en el jardín cuando empezó a amanecer,
y con el primer rayo de sol, apareció un hermoso colibrí.


Mientras volaba por las flores, parecía un abanico de colores;
se movía hacia adelante, hacia atrás, y luego se sostenía en el aire sin dejar de aletear.

Pude observar que con su vuelo limpiaba y podaba las plantas.
No sé que sucedió, porque el jardín volvió a ser como era antes.


Don Antonio ya no regresó,
pero tengo la seguridad de que envió al colibrí a cuidar
y mantener hermoso
su amado jardin.




* AVISO:
Queremos creer que quienes nos siguen, y por lo tanto están leyendo estas palabras, son personas que sienten un amor especial por los animales, que están conscientes de que ellos también sienten y sufren, y que cuando cosas así pasan, a nosotros también nos duelen. Así que si este post o similares, se les hacen "cursis", amablemente les pedimos que guarden sus opiniones para ustedes mismos, si bien no solemos borrar comentarios, tampoco vamos a dejar que se burlen o consideren exageración, nuestro sentir.
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