De callejeros a terapeutas



Como cada dos semanas, Grettel se alista con fragancia olor melón y retoca su peinado para lucir perfecta. Las miradas se enfocan a esa pequeña perra que, con su pelo esponjado, arranca sonrisas a propios y extraños.

Minutos después, Grettel se une a otras dos protagonistas, Piccina y Lucy, quienes se preparan para lo que no es un día más de trabajo, sino otra experiencia de vida.


El reloj marca las 12:00 horas, es momento de ingresar a donde su presencia es anhelada, a la Fundación Alzheimer, no sin antes ultimar detalles. Grettel, Lucy y Piccina pasean a minutos de su entrada magistral.

Seguras y ansiosas de comenzar, el trío de perritas acapara la atención de todos los residentes; personas de la tercera edad con problemas de Alzheimer.

Mientras, en el patio, más de una decena de ejemplos de experiencia y sabiduría, contemplan el pasar del tiempo, su memoria falla, no es capaz de recordar en muchos casos su nombre, su familia o cómo hacer ciertas actividades. Por ello, asistentes vestidas con atuendos color azul son sus guías, ellas hoy comparten su tiempo y paciencia, y lo hacen más que por dinero, por vocación.

Grettel atrae todas las miradas, quizá por su cuidado y esponjado pelo color blanco, sin embargo nadie podría imaginar que algún día fue abandonada y que padeció desnutrición.

"Me la encontré muerta de miedo, flaquita, tenía desnutrición y su pelo no crecía", expresó Claudette, la dueña del ejemplar, quien además comentó: "Le busqué hogar por tres meses pero nadie la quería, así que pasó a formar parte de la familia".

Aunque sea difícil imaginarlo, Grettel, que salta feliz a los brazos de Claudette, fue abandonada y estuvo sola en las calles y sin comida por varios días. Mas hoy es uno de los perros líderes en cuanto a terapias se refiere. Así cada dos semanas acude a este lugar en compañía de sus inseparables amigas, Lucy y Piccina.

La terapia continúa, mientras Lucy se pasea en un ambiente de música que remembra al amor verdadero y detalles tricolores que adornan las paredes. Piccina, la más pequeña, está ansiosa de ser acariciada y transmitir momentos tranquilidad.

En el patio central se puede leer una frase que hace referencia a la memoria "tú que recuerdas no olvides a quien se olvidó de ti...".

Sorprendida y con gusto, una residente toca sin miedo alguno a Lucy y se decide a no sólo acariciarla, también opta por tomarla de su correa para caminar por algunos minutos y recompensarla con trozos de comida por su excelente comportamiento.

Por su parte, una mujer de atuendo blanco y suéter rojo, con cepillo en mano peina el suave pelo de Grettel, mientras Claudette le reitera el nombre de esta cachorra de más de siete años. Claudette reconoce que busca reiterar el nombre de Grettel para así activar la memoria de esta residente.

Piccina es atraída por los brazos de otros adultos mayores, quienes por curiosidad o interés desean tenerla junto a ellos.

Por su parte, Lucy asciende al primer piso del inmueble que alberga miles de historias que no pueden ser contadas del todo por la falta de memoria. Como todos los martes desde que inició en esta labor, va con Martha, quien padece de Parkinson, para recostarse a su lado por más de 20 minutos.

Con dificultad y aparente tranquilidad, Martha, residente de la Fundación por más de nueve años, asegura sentirse bien.

En la planta baja, el ambiente vivaz continúa. Las dueñas de Piccina y Grettel las comparten, dejan que manos "extrañas" las acaricien, convivan con ellas.

El momento ha llegado, la hora dedicada a la terapia finaliza con la esperanza de ver a las mascotas en dos semanas. Entre aplausos, sonrisas y agradecimientos los residentes de la Fundación Alzheimer se despiden de Piccina, Lucy y Grettel, un trío inigualable.

Es así como Conexión Animal de Servicio Institucional A.C. (CASI) ofrecen terapias de relajación a personas enfermas con Alzheimer, en la Fundación Alzheimer, ubicada en División del Norte, número 1044, colonia Narvarte, delegación Benito Juárez.



Fuente:
Con la tecnología de Blogger.