Chris Barns, el hombre que se convirtió en mamá canguro



Chris Barns, también conocido como Kangaroo Dundee por su serie de television, recorre la autopista Stuart que cruza Australia de norte a sur y tiene unos 3.000 kilómetros de recorrido, atravesando un vasto desierto. En ella mueren o quedan malheridos muchos canguros, la mayoría de las veces son mamás con crías en su marsupio. Pero muchos se salvan gracias a Kangaroo Dundee.

Este hombre toma en sus manos a los pequeños canguros, los lleva al Kangaroo Sanctuary Alice Springs, donde viven aproximadamente 30 canguros pequeños y un camello. Todo el tiempo llegan nuevos especímenes y la idea es que no crezcan domesticados, para que posteriormente, puedan reintegrar al estado salvaje sin problemas.

El amor de Chris Barns por esta especie, nació desde niño cuando miraba la serie televisiva Skippy, con un canguro como protagonista. Luego en 1989 y siendo tan sólo un chico de 17 años, tuvo su primera experiencia con un canguro huérfano, mientras trabajaba en el Zoológico de Pearl Coast, en Australia Occidental. “Su nombre era Josie Jo, una hermosa cría gris a la que yo ayudé a cuidar. Esto me hizo darme cuenta de que todo lo que quería hacer en la vida era ser la mejor mamá canguro”.

Los cuidados y la atención que necesitan los pequeños marsupiales son tantos que él mismo se llama “madre” y no “padre”, ya que prácticamente sustituye a sus madres biológicas: necesitan seis tomas de leche al día y ser transportados en unas fundas de almohada de tela que sustituyen artificialmente al marsupio de su madre.

Para cuidados veterinarios avanzados Barns tiene que desplazarse a la ciudad con el mismo 'jeep' con el que recorre el asfalto buscando canguros que acoger en su santuario. Lo construyó después de ayudar a tres canguros, cuando tenía veinte años, y darse cuenta de que no estaban en condiciones de regresar a la naturaleza.

Sin ayuda de nadie estuvo trabajando durante dos años en construir un espacio donde poder alojar a los animales que rescataba, un recinto grande y protegido de depredadores por vallas metálicas. Como no tenía suficiente dinero tuvo que compatibilizarlo con otros trabajos.

Aunque el lugar no tiene ninguna comodidad para un humano lo importante para Barns es que los canguros estén cómodos, en caso de que tengan que quedarse si no pueden regresar a la vida salvaje.

Tantos años viviendo de esta forma tan peculiar han hecho que la gente que le conoce le llame “loco” o “ermitaño” y que no haya podido disfrutar de una vida normal, aunque ha conocido a los canguros mejor que a él mismo.













Con la tecnología de Blogger.